Una de las obsesiones de quienes formamos esta ONG es la de preservar la intimidad, no solo de quienes son ayudados sino también de quienes ayudan. Aunque nuestra naturaleza sea laica, compartimos íntegramente la frase evangélica que, referida a la solidaridad humana, dice: “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha”.
Por ello, esta asociación desconoce, en muchos casos, datos personales de las personas a las que ayuda. Y los datos imprescindibles que se conocen están custodiados en un fichero registrado en la Agencia de Protección de Datos y, por lo tanto, amparados por todas las reservas y garantías legales que determina nuestra legislación. Desgraciadamente no es posible hacer lo mismo con quienes colaboran directamente a través de la Junta Directiva de la ONG por lo que, muy a su pesar, su filiación es pública y consta en el Registro Municipal de Asociaciones.
Siempre que se facilita cualquier información personal de carácter protegido entre las redes de detección de necesidades y la ONG, se pide autorización al interesado.
El hecho de no conocer ciertos datos personales de las personas ayudadas no supone en modo alguno falta de garantías en la ayuda concedida. Las autoridades públicas recaban de forma abusiva e incluso ilegal (en muchos casos) datos de carácter personal que no tiene ningún interés para el fin que se persigue. A nosotros solo nos importa una cosa: evitar que alguien pase hambre, y especialmente si es un niño. Todo lo demás es secundario. Además, entre ellos y nosotros se establecen lazos y compromisos personales que hacen más difícil la existencia de fraude.
Solidarios por Colmenarejo 